“Dora Maar Sentada” por Pablo Picasso; o la cara de frente y en perfil — ¿Cómo muestran ambos aspectos la personalidad humana? Por Meryl Simon

Me gusta mucho esta pintura de Pablo Picasso titulada “Dora Maar Sentada.” Dora Maar era una fotógrafa y tomó fotos de la obra de Picasso, incluyendo su “Guérnica”. Ella y Picasso estudiaron juntos el grabado con Man Ray, quien tomó esta foto de ella en 1936.

Man Ray usa su manga de terciopelo negro para revelar el misterio y la abstracción en la hermosa cara de Dora Maar. En su pintura de 1937, Picasso demuestra más enteramente cómo el mundo es parte de esta mujer que él amó.
Estoy muy agradecida por haber aprendido de Eli Siegel y el Realismo Estético que el arte une los mismos opuestos que tratamos de unir en nosotros mismos; y es por eso (que el título de esta series de charlas es), “El arte tiene la respuestas a las preguntas de nuestras vidas.” Al estudiar esta pintura pude entender mejor una cuestión que me afectaba mucho en mi vida; una cuestión que Eli Siegel describió en una lección que tuve con él en 1971. Él observó que aunque tenía muchos intereses no me sentía integrada; que—como mucha gente—esa parte de mí que pensaba sobre el mundo exterior–por ejemplo mi estudio de antropología, no era la misma persona que pensaba sobre mi vida interior. El Sr. Siegel me preguntó: “¿Es posible hacer una coherencia de nuestras [diversas] actitudes?” No lo creía posible. Ahora, a través del estudio del Realismo Estético puedo contestar que, ¡sí podemos!
Es probable que Dora Maar pudiera sentirse diferente mirándose a sí misma que mirando al mundo exterior. Pero Picasso en su pintura la dibuja simultáneamente observándonos y mirándose a sí misma, mostrando así una coherencia entre las diversas actitudes en Dora Maar. Esto es una de las razones que creo que esta pintura es bondadosa.

Ella es presentada en perfil y de frente a la misma vez. Un ojo apunta hacia dentro, hacia sí misma. Mientras que las pestañas de este ojo son pintadas de tal forma que enfatizan esa dirección interior, la pupila mira hacia fuera. El otro ojo, que Picasso pinta sorprendentemente en rojo, mira hacia al mundo y a nosotros. Aunque el color rojo denota intensidad, la curvatura y la simetría de este ojo transmiten un sentido de serenidad.
Picasso fue el primer pintor que mostró los dos aspectos de una cara simultáneamente, y este hecho tiene un significado importante para nuestras vidas. En su libro El Yo y el Mundo, Eli Siegel escribe acerca del perfil y la cara de frente con relación a la personalidad de toda persona:
Según nociones que han estado presentes a través de la historia, el ser humano tiene dos lados, al igual que su cara tiene un perfil y un frente. Es cierto que estas dos partes constituyen una unidad; pero del mismo modo que usted recibe una diferente impresión de la vista lateral que de frente, por tanto, estos dos lados de la personalidad constituyen una unidad, a pesar de que ellos pueden tener efectos diferentes.
No importa que lado del individuo está en acción, el propósito, de cierto modo, es el mismo, ya que una persona está tratando de complacerse a sí misma. Pero un lado del ser humano desea complacerse pensando sólo en sí mismo y apartado de la realidad en su totalidad; el otro lado desea ver la persona relacionada a, y parte de toda la realidad.
He aprendido del Realismo Estético que cuando nos complacemos a nosotros mismos pensando únicamente en nosotros, “apartados de la realidad en su totalidad,” tenemos que sentirnos avergonzados porque nos hemos separado del mundo del cual venimos.
El Sr. Siegel me preguntó en la lección en el 1971: “¿Ve usted al mundo como eso que la expresa o como un objeto extraño?” Yo dije que lo veo como un objeto extraño. En “Dora Maar Sentada”, Picasso muestra que el mundo es lo que expresa a una persona. Los colores del mundo: blanco, amarillo, rojo, azul, verde, rosado y negro, están en su cara. Una persona y el mundo son amigos. En la mejilla, una delicada manzana rosada con su pequeña hoja verde debajo del ojo nos sorprende. Y podemos ver un pequeño limón amarillo dentro de la manzana que en mi opinión representan los opuestos de lo dulce y lo agrio que pueden estar presentes en una mujer. Hay una lógica aquí que nos permite aceptar a este “objeto extraño” como mejilla, así como aceptamos las diferentes vistas de perfil y de frente como una cara.

Los colores y las formas del cuerpo también nos sorprenden. Es difícil distinguir entre la silla y Dora Maar. Sus brazos son tan negros y planos como la silla, y tienen la misma forma. Esto es cómico pero también es profundamente verdadero. El espaldar de la silla y el torso de Dora Maar forman un rectángulo negro con un triángulo como base. El triángulo es formado por su roja falda de tartán. Líneas negras, como rayos, se originan del triángulo que parecen un ramillete de flores en frente y adentro de las formas abstractas que son sus senos. Estas formas moradas y verdes son una relación de esfera y ángulo. Ellas representan la feminidad de esta mujer como algo exuberante, llena, y también estricta y reflexiva.
Vemos esto también en como sus puntiagudas uñas rojas descansan en la curva suave de su mejilla. Yo creo que, de esta manera, Picasso quiso mostrar el deseo vivaz en una mujer de lucir hermosa y de criticarse a sí misma a la misma vez.

El estudio del Realismo Estético hizo posible que yo vea el mundo como eso que me expresa, y que este mundo, como yo, es una unidad estética de opuestos—un mundo de que puedo gustar honestamente.